Marilina Ross: veinte años de vida musical

18 de mayo de 1989 - La Nación

Marilina Ross: veinte años de vida musical

Marilina: festejo (Foto de Gabino Gómez)


El Ciclo de los Grandes, en el teatro Coliseo, acogerá mañana a la poeta y compositora Marilina Ross, para festejar sus veinte años con la música. Será el momento oportuno para recorrer, a través de sus canciones, toda su carrera artística.

Marilina Ross había editado no hace mucho su sexto y penúltimo disco "Mis hijos naturales", nombre alegórico dado a los frutos de su fantasía. Hoy aparece con su séptimo registro grabado, "Conectándome" -un intento más por llegar al ser humano para hacerlo reflexionar sobre su condición- coincidentemente con esta actuación que forma parte del mencionado ciclo de recitales en el Coliseo.

Marilina también tomó contacto con sus seguidores y conquistó nuevos oyentes en julio pasado, con su espectáculo "Por un nuevo ser", basado en propuestas filosóficas apócrifas, pero imbuidas de un espíritu humanista, pacifista y altruista.

- No apoyo nada que sea sectario. Asumo lo que me conmueve, para aprender a ser humana. Cuando llegó a mis manos ese escrito (que congeniaba con mis canciones) no supe de dónde venía, ni quise sacar partido. No acostumbro a levantar banderas. Del texto, me cautivó la idea de unificación. Y eso prendió entre los jóvenes. Estuvimos casi dos meses con Mahler (en el teatro Adán). No pensé que tanta gente iba a concurrir dispuesta para escuchar esto, cuando mi presentación era el anti-show, con velas y sahumerios.

Marilina: testigo de su tiempo

Por pura coquetería Marilina esconde la picardía de su mirada tras sus anteojos oscuros. A cambio, ella nos regala su sonrisa juvenil, la misma que ha cautivado a cinéfilos y espectadores.

De todos modos nos queda la certeza de que, detrás de la belleza de ese rostro, vive una persona inteligente, cálida, dueña de una coherencia poco común en el mundo de la canción popular y un compromiso real con su época.

Marilina no ha dejado de ofrecer recitales "más normales" para dar a conocer sus últimas obras.

- Todavía conservo el recuerdo del recital que ofrecí en abril en Barrancas de Belgrano ante doce mil personas, dice con un guiño perturbador. Es hermoso trabajar en un gran espacio donde se reúnen los más diversos estratos sociales y edades. Todos los artistas populares debieran hacer esto, porque la gente se siente feliz al tomar contacto con la obra de uno. Me acuerdo que hubo un corte de luz por un rato. Nadie se movió. Todos esperaron. Allí se producía una ligazón por puro sentimiento.

No obstante admite que ella prefiere lo teatral. Le gusta armar un espectáculo donde todo, desde las luces hasta las canciones, diga algo.

El nuevo disco de Marilina -cuyos temas cantará en el recital del Coliseo- contiene, por ejemplo, la contrapartida de aquello que sostuvimos con total naturalidad por mucho tiempo, cuando jugábamos al "Antón pirulero".

Me di cuenta de lo pernicioso de ese juego como sinónimo del "sálvese quien pueda" y de la anti solidaridad. Para eso escribí "Un inocente juego". La otra canción nueva se llama "Adictos" y trata de la adicción a la televisión, expresada en la atadura a una pantalla, en el encierro, el sillón, el rol de mero espectador, el vivir vidas ajenas, el tomar modelos for-export, el ver con naturalidad la guerra y los amores novela. También escribí "Che, grandulón", dedicada al ser humano viejo, con ínfulas de triunfador, y "Somos parte de lo mismo", para recordar que los seres humanos nos necesitamos mutuamente.

Los caminos interiores

Marilina confiesa que estas canciones son fruto del acopio de experiencias y que su propósito es transmitírselas al prójimo.

- ¿Hubo un cambio de temática?

- Mi cambio empezó en España los últimos años del 70, con el dolor de no vivir en mi país. Primero emprendí un viaje interior hasta descubrir que "aunque no lo veamos/el sol siempre está". Después recorrí el camino de la duda. Esto me permitió convencerme de que no me importaba la fama ni el dinero, sino solamente volver a mi país. Así regresé en el 80 a morirme de hambre, prohibida, cantando en algún pub y escribiendo nuevas canciones. Quise comunicar lo que me había pasado. Había emprendido un camino contrario al aconsejado: actriz-dinero-fama-poder.

Marilina compone sus baladas para reflejar historias. En este último trabajo el ritmo pop asoma de la mano de Ángel Mahler, junto a Oscar Kreimer en saxos, Alejandro Seoane en guitarra y algunas cuerdas de la Camerata Bariloche. En este caso para intentar un ritmo vivaldiano, que en el disco tiene sonido holofónico (ese invento del argentino Hugo Zucarelli).


Muchas Gracias Silvina por tipear esta nota!!

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