Lucy Crown
Comedia en dos actos dividos en 9 cuadros
Original de Irwin Shaw y Jean Pierre Aumont
Versión castellana de Eduardo Borrás
Fecha de estreno: 22 de abril de 1960
Teatro Liceo
Compañía teatral de Luisa Vehil
Reparto (por orden de aparición):
Cayetano Biondo ... Juan
Rodolfo Abate ... Barman
Jorge Holze ... Pianista
Anadela Arzón ... Muchacha
Gastón Marcheto ... Muchacho
Luisa Vehil ... Lucy Crown
Rudy Carrié ... Estudiante
Juan Carlos Barbieri ... Tony Crown
Paquita Vehil ... Ana
Alfredo Iglesias ... Olivier
Pepe Castro ... San Paterson
Marilina Ross ... Susana
Guillermo Helbling ... Jeff Bunner
Alberto Fernández de Rosa ... Tony Crown (adolescente)
Jorge M. Conte ... Extranjero
Dirección: Alberto de Zavalía
Escenografía: Diego Luis Pedreira
Realización: Sergio y De Lisa
Comedia en dos actos dividos en 9 cuadros
Original de Irwin Shaw y Jean Pierre Aumont
Versión castellana de Eduardo Borrás
Fecha de estreno: 22 de abril de 1960
Teatro Liceo
Compañía teatral de Luisa Vehil
Reparto (por orden de aparición):
Cayetano Biondo ... Juan
Rodolfo Abate ... Barman
Jorge Holze ... Pianista
Anadela Arzón ... Muchacha
Gastón Marcheto ... Muchacho
Luisa Vehil ... Lucy Crown
Rudy Carrié ... Estudiante
Juan Carlos Barbieri ... Tony Crown
Paquita Vehil ... Ana
Alfredo Iglesias ... Olivier
Pepe Castro ... San Paterson
Marilina Ross ... Susana
Guillermo Helbling ... Jeff Bunner
Alberto Fernández de Rosa ... Tony Crown (adolescente)
Jorge M. Conte ... Extranjero
Dirección: Alberto de Zavalía
Escenografía: Diego Luis Pedreira
Realización: Sergio y De Lisa
Programas y afiches de Lucy Crown, realizados por Carlos Cañás.
Los afiches que se exhiben en el hall del teatro Liceo, fueron ideados por el Grupo del sur (Cañás - Carreño - Linares - Loza - Marón - Vinci).
Los afiches que se exhiben en el hall del teatro Liceo, fueron ideados por el Grupo del sur (Cañás - Carreño - Linares - Loza - Marón - Vinci).
La música de "los recuerdos se hacen de esto" es original de Jorge Holze.
Los modelos que luce la Sra. Luisa Vehil son creaciones de Vanina de War.
Los zapatos que lleva la Sra. Luisa Vehil fueron realizados por Miguel.
Los modelos que lleva la Sra. Paquita Vehil son creaciones de Bergara Leuman.
Los peinados que lucen las Sras. Luisa y Paquita Vehil son creaciones de Augusto.
Los zapatos que lleva la Sra. Luisa Vehil fueron realizados por Miguel.
Los modelos que lleva la Sra. Paquita Vehil son creaciones de Bergara Leuman.
Los peinados que lucen las Sras. Luisa y Paquita Vehil son creaciones de Augusto.
Regisseur: Alberto R. Contró
Apuntador: Mario De la Vega
Utilería: Ferrer hnos.
Maquinaria: Benito Torreiro
Luminotécnica: Emilio Bujía
Luisa Vehil, muda y de pie, frente al puro espejo del teatro, busca una nueva máscara para su rostro. A su lado duermen los trajes que ornaron la pasión sombría de Cristina Mannon, la corona amarga de Isabel de Inglaterra y la guitarra de lumbre de Fenisa la napolitana. Pero telas, joyas e instrumentos se van transformando en sombras, sólo en sombras ante el nuevo brote de la pasión naciente. En el agua profunda e inalterable del espejo se disuelven los rostros con sus nombres, porque Luisa Vehil ha elegido el destino con que se vestirá este año. Ese destino se llama "Lucy Crown".
Lucy Crown llega de lejos. En su origen fue sólo una novela de Irwin Shaw, amargo americano de Brooklyn, que dio al mundo el anticipo del sabor "beatnik", antes que esa ola amenazante invadiera el mundo. Jean Pierre Aumont, que ahora une al prestigio riesgoso de los astros cinematográficos el renombre más inquietante del comediógrafo de éxito, fue el encargado de dar a Lucy Crown la medida perfecta de su destino escénico. El alto espejo azul se hunde en los muros, y a través de sus aguas Luisa Vehil entra en el cosmos silencioso de la escena vacía. Levanta una mano y Eduardo Borrás se acerca trayéndole todas las palabras que el ansia de Lucy Crown reclama. Después se encienden las luces, y a través de las ciudades, de los paisajes que Diego Luis Pedreira le inventara, Alberto de Zavalía conduce a Lucy Crown a través del laberinto de su único destino. ¿Falta algo más? Sí. Carlos Cañás pinta los afiches que aventan sobre todas las paredes del mundo la historia de Lucy Crown, mientras sus camaradas encierran en el vestíbulo del liceo los rostros innúmeros que Luisa Vehil ha hecho vivir en el pasado.
¿Qué significa todo esto? Todas las palabras dormidas en el filo de la noche, toda es gente congregada, toda esta pasión de Luisa Vehil la sin descanso, toda esta ceremonia sagrada, monstruosa, adorable y fatal. ¿Qué es lo que significa todo esto? Quizá no sea nada. O sólo el teatro.
Irwin Shaw - Self made man
Americano de América, neoyorkino de Brooklyn (cosa bastante rara en casa de los escritores del otro lado del Atlántico), Irwin Shaw es el hijo de un pequeño comerciante. Así es que como todo "self made man" ha debutado en la vida realizando tareas ciudadanas. Y como Steinbeckque por su lado se dedicaba a trabajos rurales, sus tareas que podrían parecer envilecedoras a los europeos harían germinar en él obras que a causa de su experiencia vivida describieran con conocimiento de causa un espíritu siempre alerta.
Irwin Shaw fue primero camionero y jugador de foot-ball profesional. Trabajó luego en una perfumería, de allí en una mueblería y en una gran tienda. Durante ese tiempo estudiaba. Luego de haber pasado sus exámenes en la universidad de Brooklyn se hizo notar de los especialistas por algunos sketchs que escribiera para las audiciones infantiles de las radios.
En 1936 su primer pieza "Enterrad el muerto" fue representada con gran éxito en Broadway; se vio en él enseguida un autor capaz de hacer salir el teatro americano de su letargo. Desde 1936 a 1942, Irwin Shaw ha escrito seis y dos volúmenes de novelas muy destacadas. Sus piezas han sido representadas en Inglaterra, Irlanda y Dinamarca. Fue, en repetidas oportunidades, a Hollywood para escribir argumentos que le dieron una cierta holgura financiera.
Irwin Shaw ha estado siempre preocupado por la violencia y la brutalidad, particularmente, la del nazismo donde no pasó mucho tiempo sin que llegara hasta él la amenaza. En una época donde los hombres de Estado pensaban todavía en la paz, él dio alarma en una de sus mejores novelas "Marinero del Bremen". Sus temas ofrecen siempre un reflejo sombrío de la vida moderna. El 20 de diciembre Grenier et Hussenot estrenan en La Gaité Montparnasse "Felipe y Jonas" donde alcanza 120 representaciones, lo que es ya bastante decir sobre la acogida que le dispensara el público francés.
Se publicó en Francia (ediciones de Presse de la cite) "El baile de los malditos" su gran novela "Los jóvenes leones" (The young lions) y que dio el motivo del film que rodara Marlon Brando. Luego "Ondas turbias", "Lucy Crown", "De todo para hacer un mundo" y "Lotería internacional", etc.
Reside a menudo en Francia y acaba de partir para Nueva York para estar presente en su adaptación de "Patate" de Marcel Achard.
Jean Pierre Aumont, el hombre de éxito
Jean Pierre Aumont, el niño travieso del liceo Rollin, que anotaba en el pizarrón las desgracias sentimentales de su profesor, el alumno comediante que mimaba su escena del conservatorio porque ese día estaba afónico, el figurante de la comedie francaise que perdido en la multitud de Edipo Rey se tentaba de la risa en la entrada de Albert Lambert todo cubierto de hemoglobina ha quedado eternamente como el clásico galán donde el nombre y la silueta hicieron latir tantos corazones desde su inolvidable creación en el "Lac aux dames" allá por el 1935.
Ya sea en los films o en el teatro Jean Pierre Aumont ha conocido siempre un suceso sin reservas. Su encanto, su gentileza, su alegría y su fantasía propagan alrededor de él la alegría de vivir, pero todavía tenemos que agregar a su larga corona de laureles como comediante, el de autor pleno de gracia.
Quería desmentirnos, haciéndonos creer que todas sus cualidades no eran sino una máscara, argumentando "quién no ha soñado en la vida de ser otro ser" "quién de nosotros no se ha aburrido dentro de su propia piel... y así sucesivamente... pero sus éxitos con la pieza del emperador de la china que nos recuerda "Le menteur" de Corneille o "Los actores de buena fe" de Marivoux. Esta pieza fue traducida a seis idiomas y el propio Jean Pierre la representó en Broadway nada menos que con Lily Palmer. Desde entonces se suceden los éxitos y escribe de continuo... "La isla feliz", "Un lindo domingo" que interpreta Fracois Perier. En 1953 escribe "Ángel el bien amado", hoy nos ofrece inspirado en la novela de Irwin Shaw: "Lucy Crown".
CRÍTICA SOBRE LA ACTUACIÓN DE MARILINA:
"Todos los actores guardaron un nivel general de corrección, entre otros, Paquita Vehil, Marilina Ross, Juan Carlos Barbieri y Guillermo Helbeing." ("Luisa Vehil estrenó "Lucy Crown"", La Prensa, 24/04/1960)
"Marilina Ross, Cayetano Biondo, Pepe Castro, Rodolfo Abate, Jorge Holze, Anadela Arzón, Gastón Marcheto, Rudy Carrié y Jorge M. Conte completaron el homogéneo reparto" ("Luisa Vehil se presentó en el Liceo", La Nación, 24/04/1960)
Apuntador: Mario De la Vega
Utilería: Ferrer hnos.
Maquinaria: Benito Torreiro
Luminotécnica: Emilio Bujía
Luisa Vehil, muda y de pie, frente al puro espejo del teatro, busca una nueva máscara para su rostro. A su lado duermen los trajes que ornaron la pasión sombría de Cristina Mannon, la corona amarga de Isabel de Inglaterra y la guitarra de lumbre de Fenisa la napolitana. Pero telas, joyas e instrumentos se van transformando en sombras, sólo en sombras ante el nuevo brote de la pasión naciente. En el agua profunda e inalterable del espejo se disuelven los rostros con sus nombres, porque Luisa Vehil ha elegido el destino con que se vestirá este año. Ese destino se llama "Lucy Crown".
Lucy Crown llega de lejos. En su origen fue sólo una novela de Irwin Shaw, amargo americano de Brooklyn, que dio al mundo el anticipo del sabor "beatnik", antes que esa ola amenazante invadiera el mundo. Jean Pierre Aumont, que ahora une al prestigio riesgoso de los astros cinematográficos el renombre más inquietante del comediógrafo de éxito, fue el encargado de dar a Lucy Crown la medida perfecta de su destino escénico. El alto espejo azul se hunde en los muros, y a través de sus aguas Luisa Vehil entra en el cosmos silencioso de la escena vacía. Levanta una mano y Eduardo Borrás se acerca trayéndole todas las palabras que el ansia de Lucy Crown reclama. Después se encienden las luces, y a través de las ciudades, de los paisajes que Diego Luis Pedreira le inventara, Alberto de Zavalía conduce a Lucy Crown a través del laberinto de su único destino. ¿Falta algo más? Sí. Carlos Cañás pinta los afiches que aventan sobre todas las paredes del mundo la historia de Lucy Crown, mientras sus camaradas encierran en el vestíbulo del liceo los rostros innúmeros que Luisa Vehil ha hecho vivir en el pasado.
¿Qué significa todo esto? Todas las palabras dormidas en el filo de la noche, toda es gente congregada, toda esta pasión de Luisa Vehil la sin descanso, toda esta ceremonia sagrada, monstruosa, adorable y fatal. ¿Qué es lo que significa todo esto? Quizá no sea nada. O sólo el teatro.
Irwin Shaw - Self made man
Americano de América, neoyorkino de Brooklyn (cosa bastante rara en casa de los escritores del otro lado del Atlántico), Irwin Shaw es el hijo de un pequeño comerciante. Así es que como todo "self made man" ha debutado en la vida realizando tareas ciudadanas. Y como Steinbeckque por su lado se dedicaba a trabajos rurales, sus tareas que podrían parecer envilecedoras a los europeos harían germinar en él obras que a causa de su experiencia vivida describieran con conocimiento de causa un espíritu siempre alerta.
Irwin Shaw fue primero camionero y jugador de foot-ball profesional. Trabajó luego en una perfumería, de allí en una mueblería y en una gran tienda. Durante ese tiempo estudiaba. Luego de haber pasado sus exámenes en la universidad de Brooklyn se hizo notar de los especialistas por algunos sketchs que escribiera para las audiciones infantiles de las radios.
En 1936 su primer pieza "Enterrad el muerto" fue representada con gran éxito en Broadway; se vio en él enseguida un autor capaz de hacer salir el teatro americano de su letargo. Desde 1936 a 1942, Irwin Shaw ha escrito seis y dos volúmenes de novelas muy destacadas. Sus piezas han sido representadas en Inglaterra, Irlanda y Dinamarca. Fue, en repetidas oportunidades, a Hollywood para escribir argumentos que le dieron una cierta holgura financiera.
Irwin Shaw ha estado siempre preocupado por la violencia y la brutalidad, particularmente, la del nazismo donde no pasó mucho tiempo sin que llegara hasta él la amenaza. En una época donde los hombres de Estado pensaban todavía en la paz, él dio alarma en una de sus mejores novelas "Marinero del Bremen". Sus temas ofrecen siempre un reflejo sombrío de la vida moderna. El 20 de diciembre Grenier et Hussenot estrenan en La Gaité Montparnasse "Felipe y Jonas" donde alcanza 120 representaciones, lo que es ya bastante decir sobre la acogida que le dispensara el público francés.
Se publicó en Francia (ediciones de Presse de la cite) "El baile de los malditos" su gran novela "Los jóvenes leones" (The young lions) y que dio el motivo del film que rodara Marlon Brando. Luego "Ondas turbias", "Lucy Crown", "De todo para hacer un mundo" y "Lotería internacional", etc.
Reside a menudo en Francia y acaba de partir para Nueva York para estar presente en su adaptación de "Patate" de Marcel Achard.
Jean Pierre Aumont, el hombre de éxito
Jean Pierre Aumont, el niño travieso del liceo Rollin, que anotaba en el pizarrón las desgracias sentimentales de su profesor, el alumno comediante que mimaba su escena del conservatorio porque ese día estaba afónico, el figurante de la comedie francaise que perdido en la multitud de Edipo Rey se tentaba de la risa en la entrada de Albert Lambert todo cubierto de hemoglobina ha quedado eternamente como el clásico galán donde el nombre y la silueta hicieron latir tantos corazones desde su inolvidable creación en el "Lac aux dames" allá por el 1935.
Ya sea en los films o en el teatro Jean Pierre Aumont ha conocido siempre un suceso sin reservas. Su encanto, su gentileza, su alegría y su fantasía propagan alrededor de él la alegría de vivir, pero todavía tenemos que agregar a su larga corona de laureles como comediante, el de autor pleno de gracia.
Quería desmentirnos, haciéndonos creer que todas sus cualidades no eran sino una máscara, argumentando "quién no ha soñado en la vida de ser otro ser" "quién de nosotros no se ha aburrido dentro de su propia piel... y así sucesivamente... pero sus éxitos con la pieza del emperador de la china que nos recuerda "Le menteur" de Corneille o "Los actores de buena fe" de Marivoux. Esta pieza fue traducida a seis idiomas y el propio Jean Pierre la representó en Broadway nada menos que con Lily Palmer. Desde entonces se suceden los éxitos y escribe de continuo... "La isla feliz", "Un lindo domingo" que interpreta Fracois Perier. En 1953 escribe "Ángel el bien amado", hoy nos ofrece inspirado en la novela de Irwin Shaw: "Lucy Crown".
CRÍTICA SOBRE LA ACTUACIÓN DE MARILINA:
"Todos los actores guardaron un nivel general de corrección, entre otros, Paquita Vehil, Marilina Ross, Juan Carlos Barbieri y Guillermo Helbeing." ("Luisa Vehil estrenó "Lucy Crown"", La Prensa, 24/04/1960)
"Marilina Ross, Cayetano Biondo, Pepe Castro, Rodolfo Abate, Jorge Holze, Anadela Arzón, Gastón Marcheto, Rudy Carrié y Jorge M. Conte completaron el homogéneo reparto" ("Luisa Vehil se presentó en el Liceo", La Nación, 24/04/1960)
2 comentarios:
Con este post me mataste...Christian!
Qué año ese! Inolvidable!
Me viene a la memoria el viaje de vuelta a Liniers, donde vivía, viaje acompañada por papá o mamá, todas las madrugadas! Y las comidas entre función y función los sabados y domingos, todos reunidos en el camarin de Luisa, el más grande, y todos sumando algo que traíamos para comer. Radio Porteña solía transmitir la obra al aire en directo... Toda una aventura para esa chica de 17 añitos...que se escondía en el escenario para espiar a Luisita en escena y..... aprehender todo lo posible!!
Qué bueno poder estar aquí, en un costado, y escuchar a Marilina contando sus recuerdos.
Aprendiste, Marilina, claro que aprendiste y ¡Cuánto!!!
Besos y aplausos
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