Sinopsis:
Drama que se nutre de la fantasía y de la farsa para retratar prejuicios y antinomias de la sociedad argentina, siguiendo las situaciones que debe vivir Eugenia (M. Ross), una chica huérfana, primero testigo y finalmente partícipe del universo de apariencias y ambiciones de personajes aristocráticos y estancieros. Rica, por momentos desconcertante, con una cautivante puesta en escena, sus mordaces apuntes disgustaron al Ente de Calificación, que la prohibió un día antes del estreno, previsto en abril de 1976; cuando la película se estrenó (previa instancia judicial), Marilina ya estaba en España.
Dirección: Leopoldo Torre Nilsson
Guión: Beatriz Guido, Rodolfo Mórtola y Leopoldo Torre Nilsson según un cuento de Beatriz Guido
Fecha de Estreno: 16 de septiembre de 1976
Intérpretes:
Marilina Ross
Juan José Camero
Luisina Brando
Mecha Ortiz
Flora Steinberg
Enrique Alonso
Francisco de Paula
Adriana Parets
Jorge Petraglia
Walter Soubrié
Jorge Povarché
Mario Nervi
Jorge Bonino
Inés Murray
Lilian Riera
Cecilia Cenci
Evangelina Massoni
Rosalba Villari
Mario Bertone
Víctor Prozapas
Fernando Madanes
Javier Torre
Osvaldo De Marco
Natán Solans
Equipo Técnico
Fotografía: Aníbal Di Salvo
Montaje: Gerardo Rinaldi
Música: Roberto Lar (incluye las canciones "Alelíes de Mallorca" y "Un marinero de Cádiz" con letra de Beatriz Guido y música de Marilina Ross, interpretadas por Marilina Ross).
Fotógrafo de filmación: Alfredo Lorenzo Suárez
Escenografía: Miguel Angel Lumaldo
Exteriores: Mar del Plata, Necochea y San Fernando, pcia. de Bs. As.
Argentina
Duración: 93 minutos
Color
Prohibida para menores de 18 años.
Argentina
Duración: 93 minutos
Color
Prohibida para menores de 18 años.
CRÍTICA:
‘El clima mágico de un film de T. Nilsson’, La Nación (1976):
“Un film misterioso, poético, con imágenes sugerentes y bellas, que sin embargo se desdibuja y se extravía en su segunda mitad por sus condescendencias a lo melodramático e, inclusive, a lo folletinesco (…) Visión crítica acerca de las supersticiones y los tabúes que condicionan la felicidad de los seres humanos (…) La película atrae e interesa, fundamentalmente, por el clima mágico que envuelve a los personajes y a las situaciones (…) Tanto Luisina Brando como Marilina Ross logran una fuerte identificación con sus personajes. Mecha Ortiz consigue una excelente caracterización (…) es correcto el desempeño de Juan José Camero”
‘Film malévolo donde sobran fantasmas’, Rómulo Berruti en Clarín (1976):
“(…) Acumula tantas cosas, quiere jugar con tantos elementos, se propone tantos retratos hirientes, que el resultado se torna confuso, y esa cosmogonía adquiere cieto caos de bazar persa donde se entrechocan –molestándose– unitarios y federales, sexo reprimido, aristócratas decadentes, estancieros explotadores (…) Un contenido temático artificioso en demasía, de riesgosa plasmación fílmica. Torre Nilsson –artesano consumado– se las compone para insuflar un clima de inquietante misterio y aguzada maldad en muchos tramos, además de extraer de su paleta escenas de cierta rara belleza, como las del baile, que tienen un fugaz soplo viscontiano. En cambio, hubiera debido eliminar lisa y llanamente ese absurdo duelo a cuchillo del final (…) Marilina Ross aporta toda su magia y encanto (que no son pocos) pero no parece del todo cómoda en la mutación a que se ve sometida. Siempre será más convincente como criatura frágil y desvalida (por momentos, nos trae a la memoria a la patética Edna Purviance de los films de Chaplin) que como cínica beneficiaria de una espuria situación de privilegio económico-social. Luisina Brando, quien película tras película ve crecer su magnetismo de actriz, resulta en cambio beneficiada con un segundo papel (…) ella lo cincela con sutil inteligencia (…) Mecha Ortiz exacta al milímetro en la composición de esa chirriante y descascarada matrona (…) Juan José Camero transmite una imagen bastante endeble (…)”
‘Un universo obsesivo expresado con notable calidad artistica’, Agustín Mahieu en La Opinión:
“Las varias historias convergentes que convocan los autores en este film rico y fascinante, tienen que ver con muchos fantasmas vivos o muertos, con el tiempo congelado de ciertos sobrevivientes, o con la imposibilidad de escapar a normas sociales que aprisionan a sus protagonistas o sus intrusos (…) la pérdida de la inocencia, de la propia identidad, será un juego tan peligroso como para deslizarse al mismo tiempo hacia la destrucción. En este caso, a una culpa que sólo tendrá por testigo a su conciencia (…) (junto a Eugenia) desfilan muchos otros que representan a su vez a otras tantas moscas atrapadas en una vasta telaraña de pasado, prejuicios, amores secretos, costumbres rancias e irónicos resabios de antiguas luchas de la sociedad argentina (…) El film impresiona como una estructura sólida, apoyada en un libro lleno de ideas atractivas, en una resolución cinematográfica a menudo brillante (…) es posible descubrir escenas donde quizás falta una pizca de locura y de delirio (el “duelo criollo”) o faltas de sutileza compositiva, como el partido de polo (…) La recreación de un mundo ritual, mitad realista y mitad crítico, mitad fantástico y mitad barroco, es la línea perdurable de la obra (…) Marilina Ross logra momentos notables, Luisina Brando una composición sutil, y Mecha Ortiz una especie de resurrección impresionante (…)”
“Las varias historias convergentes que convocan los autores en este film rico y fascinante, tienen que ver con muchos fantasmas vivos o muertos, con el tiempo congelado de ciertos sobrevivientes, o con la imposibilidad de escapar a normas sociales que aprisionan a sus protagonistas o sus intrusos (…) la pérdida de la inocencia, de la propia identidad, será un juego tan peligroso como para deslizarse al mismo tiempo hacia la destrucción. En este caso, a una culpa que sólo tendrá por testigo a su conciencia (…) (junto a Eugenia) desfilan muchos otros que representan a su vez a otras tantas moscas atrapadas en una vasta telaraña de pasado, prejuicios, amores secretos, costumbres rancias e irónicos resabios de antiguas luchas de la sociedad argentina (…) El film impresiona como una estructura sólida, apoyada en un libro lleno de ideas atractivas, en una resolución cinematográfica a menudo brillante (…) es posible descubrir escenas donde quizás falta una pizca de locura y de delirio (el “duelo criollo”) o faltas de sutileza compositiva, como el partido de polo (…) La recreación de un mundo ritual, mitad realista y mitad crítico, mitad fantástico y mitad barroco, es la línea perdurable de la obra (…) Marilina Ross logra momentos notables, Luisina Brando una composición sutil, y Mecha Ortiz una especie de resurrección impresionante (…)”
‘Torre Nilsson y su lúcida inteligencia’, en La Razón:
“(…) Un magnífico retorno –desbordante de imaginación– al universo expresivo de sus grandes creaciones (…) El cuento de la muchacha integrante de una familia de terratenientes argentinos, sus vertientes a lo Lady Chaterly, la ambivalencia de sus sentimientos y la proyección de ese cuadro sobre el espíritu de otra joven (…) pasa a convertirse en un formidable fresco descriptivo, con implicancias de múltiples aristas: sociales, costumbristas, históricas, éticas y algunas más. Pasajes como los de la noche de bodas, la muerte de la anciana dama que capitanea a la familia, la parodia a las óperas y las zarzuelas, la evocación audiovisual del pasado, erigen a esta novedad de nuestro cine en una estupenda manifestación de arte y de inteligencia (…) Sobresalientes interpretaciones de Marilina Ross (…) y de Juan José Camero (…). Luisina Brando en una notable labor (…). Mecha Ortiz (…), su reaparición es un hallazgo mágico. Está simplemente sensacional (…)”
“(…) Un magnífico retorno –desbordante de imaginación– al universo expresivo de sus grandes creaciones (…) El cuento de la muchacha integrante de una familia de terratenientes argentinos, sus vertientes a lo Lady Chaterly, la ambivalencia de sus sentimientos y la proyección de ese cuadro sobre el espíritu de otra joven (…) pasa a convertirse en un formidable fresco descriptivo, con implicancias de múltiples aristas: sociales, costumbristas, históricas, éticas y algunas más. Pasajes como los de la noche de bodas, la muerte de la anciana dama que capitanea a la familia, la parodia a las óperas y las zarzuelas, la evocación audiovisual del pasado, erigen a esta novedad de nuestro cine en una estupenda manifestación de arte y de inteligencia (…) Sobresalientes interpretaciones de Marilina Ross (…) y de Juan José Camero (…). Luisina Brando en una notable labor (…). Mecha Ortiz (…), su reaparición es un hallazgo mágico. Está simplemente sensacional (…)”
Diario La Prensa:
“Montaje entrecortado (…) Se mezcla la crítica social con el folletín, rozándose en más de una oportunidad lo insólito (…) Un catálogo de incongruencias (…) El director persiste en preciosismos que llegan a empalagar (…) Excelente fotografía (…) Actuaciones muy artificiales (…)”
“Montaje entrecortado (…) Se mezcla la crítica social con el folletín, rozándose en más de una oportunidad lo insólito (…) Un catálogo de incongruencias (…) El director persiste en preciosismos que llegan a empalagar (…) Excelente fotografía (…) Actuaciones muy artificiales (…)”
"'Piedra Libre' el temor a afrontar la realidad", Fernando Chao en La Capital, Rosario:
“(…) Claro que la película está bien narrada, que los personajes han sido adecuadamente manejados y que la cámara posee agudeza y sensibilidad, pero todo ello para un cineasta de la talla de Torre Nilsson es poco. De él se espera una obra de garra que haga aflorar con plenitud todo aquello que quiso decir Beatriz Guido (…) Precisamente, la conocida escritora entre otras cosas expresó: ‘Hay personas que optan por el claustro antes que dar la cara a la realidad. Esa forma de miedo me aterroriza y me fascina’. Y el cineasta se encuentra en mora con ese tono (…) Del reparto se destaca nítidamente Mecha Ortiz, quien desarrolla una de sus grandes labores interpretativas. A su lado Marilina Ross y Juan José Camero palidecen y convierten a sus respectivos personajes en criaturas poco convincentes. Destacable el aporte de Luisina Brando (…)”
“(…) Claro que la película está bien narrada, que los personajes han sido adecuadamente manejados y que la cámara posee agudeza y sensibilidad, pero todo ello para un cineasta de la talla de Torre Nilsson es poco. De él se espera una obra de garra que haga aflorar con plenitud todo aquello que quiso decir Beatriz Guido (…) Precisamente, la conocida escritora entre otras cosas expresó: ‘Hay personas que optan por el claustro antes que dar la cara a la realidad. Esa forma de miedo me aterroriza y me fascina’. Y el cineasta se encuentra en mora con ese tono (…) Del reparto se destaca nítidamente Mecha Ortiz, quien desarrolla una de sus grandes labores interpretativas. A su lado Marilina Ross y Juan José Camero palidecen y convierten a sus respectivos personajes en criaturas poco convincentes. Destacable el aporte de Luisina Brando (…)”
La recopilación de reseñas críticas es un aporte de Fernando de Rosario y de Marilina. Muchas Gracias!!
Las imágenes son un aporte de Danny de Toronto, Canadá y de Christian, desde el rinconcito. Muchas Gracias!!
Fuente: cinenacional.com
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